Fallen Angel...

sigo mirándome a los espejos continuamente: a todas horas, en todos sitios. Necesito verme, saber que la grasa sigue hay, saber si ha crecido un culo más de los dos que tengo, comprobar que tengo la tripa enorme, los brazos, las piernas, la cara...incapaz de seguir por hoy; correr, liberarme, relajarme, descargar todo el estrés que me origina la comida. Tomar cafeína, permanecer en el modo “búho”, ejercitar tu cuerpo cuando otros sueñan, rezar a Ana, rezar a Mia.Hay quien piensa que esto depende de una misma y no sabe cuanto se equivoca. Se me fue de las manos, cierto; pero quizá no todo sea tan horrible al fin y al cabo ya que “estés mal o peor” siempre puedes contar con esa otra niña que “es como tú”. Ella te comprende, te apoya.sincerarme no me arrepiento de nada de lo que he hecho porque mis decisiones son mías. Mi vida la vivo yo, nadie puede ser feliz por mí. Hay niñas que piensan que esto es una manera de vivir, una moda. Yo no.Es una droga.Luego están tus amigos y tu novio que más de una vez te han tenido que aguantar lloriqueando por algo que no entienden y por supuesto no apoyan; y vale que te abracen (lo cual se agradece y mucho), pero te dan también sus charlas, sus discursitos de saberlo todo de la vida y que “tú estás bien”, “deja de rayarte” “a mí me gustas así”, “¿es que no ves que te estás jodiendo?”, “deberías pedir ayuda...” Entonces es cuando me dan ganas de gritarles que se mueran, que me dejen en paz, que quiero estar sola para siempre... y poco a poco les vas dando de lado porque no te apetece salir, porque te avergüenzas de ti misma; y le sueltas a tu novio que no te coja de la cintura, que no te haga cosquillas en la tripa, que no quieres cenar...